miércoles, 11 de agosto de 2010

Los ladrones de enanos (una historia real)

Era una banda de chicos de barrio. Ellos tenían un baldío. Su baldío. Ese en el que jugaban a la pelota. Tenían arcos, pelota, potrero, lugar para la tribuna. Pero no tenían hinchada. -"¿Y si robamos enanos de jardín?", dijo uno. -¡Buenísimo!, dijeron todos.

Así, comenzaron a explorar las casas del barrio. Investigaron enanos, rejas, perros guardianes, entrada y salida de propietarios. Las fueron marcando y salieron.

Era toda una misión por cada enano. Debían ir por la madrugada para no ser descubiertos, saltar rejas, trepar medianeras y hacerse de los enanos sanos y salvos. Rotos no eran hinchadas. En poco tiempo y luego de una ardua tarea, robaron 8 enanos. Toda una hinchada (las hinchadas de enanos se conoce que son menos multitudinarias que las humanas).

Tres años más tarde, de jugar partidos con la mirada atenta de esos pequeños hombrecitos de gorros graciosos, uno dijo: "Che, nos robamos unos enanos...", "Sí", dijo otro, "¿y si los devolvemos?, dijo otro.

Y allá salieron. Tenían las casas perfectamente identificadas. Las recordaban por lo duro que había sido seleccionarlas tres años atrás. Lo que no recordaban era a qué casa pertenecía cada enano pero siguiendo el pensamiento "un enano es un enano" devolvieron, de a uno, los 8 enanos. Casa por casa.

¿Se imaginan cuando de repente 3 años después, doña María sale al jardín y ve a su enano que creyó perdido? ¿Y si encima no era su enano sino ooootro enano que bien podría haber sido el suyo?

Todo esto me puso a pensar (claro está), ¿cuándo es tiempo de dar algo por perdido?

Está claro que no podemos hablar de tiempo: 3 años y el jardín de nuevo con enano. Aparte el tiempo es engañoso. Un minuto cuando estoy mirando una película increíble es nada pero es toda una vida cuando estoy descongelando la comida en el microondas. No, el tiempo no es parámetro.

¿Será que los dueños de los enanos seguían esperándolos? ¿Es la esperanza lo que no da algo por perdido?

Yo siempre pierdo cosas y es en el momento en que digo "lo perdi" cuando aparece. A veces me engaño a mí misma y grito como loca "¡lo perdí, lo perdí, lo pedí!" pero no aparece lo que estoy buscando. ¡Y bueno! ¡Qué se yo! Tengo que intentarlo, ¿y si aparece?

¿Cuál es el parámetro entonces? ¿No necesitar de algo? ¿Darlo por perdido cuando ya no nos completa? ¿Creer que algo ya no va a estar más sólo porque no está ante mis ojos? No es el tiempo, sin dudas. Me lo dijeron los enanos.

Hay cosas que quisiera perder de todos modos. Hoy es el miedo. El miedo a tirarme a una pileta vacía y aún así ahogarme. El miedo a dar un paso al vacío pero morirme de tristeza si me quedo quieta. El miedo de creer que hay cosas que se perdieron ya para mí, que hay cosas ya perdidas, que no podré encontrar. Miedo quiero perderte. Perderte para siempre y no como los enanos.

No demos nada que deseemos por perdido porque ahí es cuando se pierde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario