martes, 19 de junio de 2012

El secador de pelo y la felicidad

Cuando una se seca el pelo entra en un túnel interesante. No es un túnel de tiempo, no es un túnel de oscuridad, es un túnel auditivo individual. Es como un cono del silencio pero sin silencio. Es un cono de ruido. Si hay otra persona en la habitación en donde una se está secando el pelo los "¡¿qué dijiste?!" gritados se reproducen exponencialmente. No escuchás nada más que el ffffffffffffffffffffffffuuuuuuuuuuuuuu del secador de pelo (que es más fuerte cuanto más viejo es el aparato - los iones no hacen ruido, creo).

Allí estaba yo, secador en mano en mi habitación. Ofelia sentada en la cama y la televisión prendida. Tanda publicitaria, botón de off a on, Ofelia sale corriendo asustada y empiezo a secarme el pelo. Entro ráudamente en mi túnel auditivo individual.

Hay muchas cosas que me aburren pero si tengo que hacer un listado, secarme el pelo entra seguro. Entonces me pongo frente a la televisión para verla. Para verla solamente (recuerden que no escucho). ¿Y qué veo? Publicidades. No voy hablar sobre lo ya planteado de por qué los artículos de limpieza se le venden sólo a las mujeres, a quién se le ocurre que estoy "contenta" en "esos días" y por qué mi período es azul. Voy a hablar sobre la felicidad. ¡Apalaláaaa!

Estudié publicidad y entiendo claramente que convierto necesidades en deseos y que los relaciono con aspiraciones como la de ser el más macho, la más diosa, el popular, el del auto más grande, la mejor madre. Lo sé, nada nuevo. Todo esto sumado debería devenir en la felicidad, ¿no? Lo que veo, sumida en ese túnel de ruido (ffffffffffuuuuuuuuu), es:

- Un pibe que compite con otro por hacer objetos con botellas de agua. Y es feliz.
- Una chica que sostiene un limpiador antigrasa. Y es feliz.
- Una señora que a la que una flecha le pasa por su cara y le acomoda las arrugas. Y es feliz.
- Una chica infeliz que habla con Georgina Barbarrosa. Que es feliz.
- Una mamá que le cierra el pañal al bebé. Y es feliz.

Por un lado pienso, todo lo que tardé en secarme el pelo y eso que tengo pelo corto pero mucho y grueso y me lo debiera teñir porque cada vez tengo más canas (...) y por otro, pienso en que quizás, tomando el caso de Georgina, la chica tenía una abuela polaca que le preparaba unas tortas impresionantes, que cuidaba de ella de chica porque su madre tenía que trabajar aún enferma para mantenerla a ella, a la abuela y a sus 14 hermanos; que tenía la nariz de Georgina y que cuando la ve la rememora y es feliz. 

¿Qué es la felicidad, entonces? Supongamos que vienen extraterrestres y se secan el pelo en la tierra, ¿qué verían como felicidad? ¿Felicidad son las cosas simples: una caricia, un antigrasa, un agüita mineral? Si la felicidad son las cosas simples, ¿por qué no la simplifico y pienso que los extraterrestes son sordos en vez de pensar que tienen pelo y se lo secan...por el frizz? ¿Es por qué no quiero ser feliz? Y lo más importante: si la felicidad es un pañal bien puesto, ¿por qué hay tantas madres que no son felices? Si te tengo la alacena llena de antigrasas, limpia vidrios, limpia inodoros, limpia hornos, cera quali plus ultra, ¿ya estaría? ¿La felicidad es un proceso?

Felices cumpleaños, Felices Fiestas, "Felices los Niños" (polémico "padre" y polémico "padre, ¿ud. se está construyendo un Sheraton?"),  Feliz Día, cuento con final feliz.. ¿Qué tienen en común con el antigrasa y el yogur agilizador de tránsitos?

Cuanto más pienso menos entiendo. No tengo idea qué es pero sí tuve y tengo muchos momentos felices. No los puedo describir. No los quiero describir. Los extraño cuando no están. Quiero buscarlos, encontrarlos, provocarlos, conservarlos, guardarlos, disfrutarlos. Quiero que cuando no los tengo (y me busco no tenerlos a veces, "pare cosa e´mandina"), tenga el coraje suficiente para meter cambios en mi vida. El coraje suficiente para cambiar. Quiero que cuando un marciano se seque el pelo en Buenos Aires, me mire en su túnel de ruido y diga: Eso es ser feliz.