Es que una fotografía no toma todo el momentum. No están los olores que te sacan con la boca fruncida y la nariz con rayas. Definitivamente no está el chiste que te hace tirar la cabeza para atrás, haciendo que se te vea hasta el arreglo de caries de diciembre del '88. Tampoco se ve en una foto el pensamiento de "¡ahora me venís a mandar un mensajito, nene! ¿Por qué no te acordaste hace dos semanitas?". O el "meneaíto, meneaíto, ahí, ahí, ahí, ahí", que hace que te saquen un primer plano panorámico de tus posaderas digno de hacer un cuadro que reemplace al de 5° B con el San Bernardo en Circuito Chico de Bariloche. Todo eso y más, no está.
Entonces me puse a pensar: Si una foto es un milisegundo de tu vida, además de todo lo que no se ve en la foto,¿qué es lo que faltó en ese milisegundo? ¿La sensación de bienestar es tan sensible que se divide en segundos? ¿Hay que procurar sentirse plena en todos los milisegundos que tengamos en nuestras vidas? ¡Son muchos milisegundos!
La otra es asumir que no se está plena todo el tiempo. Siempre en un segundo de tu vida te va a faltar el segundo anterior y el que viene también. Y entonces seguí pensando: si tuviese una cámara que en lugar de un segundo, sacara un "momento de mi vida": ¿cuál elegiría?
¡Hay tantas fotos buenas! Esa tarde en el río Correntoso, sentada en una piedra con lápiz y papel, había olor a agua y a bosque, destellos en el agua, y sola yo. O la otra en la que mi hermano me rescataba de un trencito de mexicanos en un boliche en Cancún. Esa noche de Maracujá Sour en Lima. La de la familia la primera mañana en New York con villancicos. Mi viejo dopado con Banfield campeón. Mi mamá haciéndome la estrella de Groc (la que te dejaba si te ibas a dormir temprano). Hay algunas en las que "salí fea": de llantos, de sentirme enferma, de escuchar malas noticias. Esas fotos no las tiro, porque son parte de este álbum, pero prefiero no mirarlas. Creo que elijo una foto de un beso.
Si sacaras una foto de tu vida ahora, ¿qué es lo que quedaría afuera? Lo que hace mal, lo que lastima. Los olores, los recuerdos, las canciones, las películas, las cosas que no suman. Las incomodidades, la envidia, la mala onda. La falta de respeto, sacala. ¡Armate un álbum lindo, pebeta!
A vos amiga, sí, sí, a vos. Dejalo afuera, gritale a los cuatro vientos: "No te peinés que en esta foto no salís". Sos demasiado linda para que te arruinen la foto.