Estoy en un enero muy difícil. Difícil por motivos múltiples: motivos que se van, que vienen, ¡qué vuelven!, que nunca se fueron, que para qué hice que vengan. Motivos con nombre y apellido, motivos con apellidos graciosos, motivos sin apellidos. Motivos de gordura, motivos flaquitos. Todo hace que mi enero está siendo difícil (y todavía no pasamos la primera quincena).
Enero siempre es raro. Es un mes que “parece que nada te cansa” entonces salís todos los días a comer con alguien, a tomar algo con alguien, a charlar con alguien porque parece que estás de vacaciones. Porque “parece”, porque yo no estoy de vacaciones. Entonces no duermo casi nada porque parece que estoy de vacaciones. Porque parece, pero no estoy. Repito: no estoy.
Como parecen vacaciones (o las mismas se acercan) encima estoy a dieta. La dieta te pone de mal humor (y más cuando ves que la balanza marca lo mismo). Yo me pongo a dieta porque a la ecuación “Vacaciones=malla” le sigue “malla= mar”, “mar=Emilio Disi” y “Emilio Disi=gorda lechona”. En un punto esto es triste. Me refiero a que el mar me haga acordar a Emilio Dissi.
Retomando el alto grado de dificultad que está teniendo este enero, la vida se empecina en llenarte el vaso. El siguiente ejemplo lo ilustra.
Después de una amena reunión con mis amigos, llega el punto en que tiro - a sabiendas de que se delata mi edad - un “este cuerpito se retira, por favor, pedime un remis”. Ese punto llega porque estás cansada: del día, de la charla, de enero y sólo querés irte a dormir. Llega el remis, un par de amigas se unen a vos porque se sienten también con ganas de descansar, y todas nos subimos a ese auto que nos llevará a nuestros sueños.
- “A los monoblocks de Escalada, por favor”
Todo normal, comentando algunos pasajes de la noche, cuando se escucha que el Sr. Remisero dice algo como “pero vos no podés decir eso”. Pensamos que el desubicado había opinado sobre algo que acabábamos de decir pero no: simplemente estaba maltratando a su novia por teléfono en frente nuestro. Frases como “yo no estuve con Susana pero ojalá hubiese estado”, “yo no te soy fiel, te soy leal” y “Sonia…DEJATE DE ROMPER LAS PELOTAS” fueron algunas de las que sonaron en ese auto sin aire acondicionado, sin amortiguadores y sin vergüenza.
El kamikase corta la conversación y, ante tres caras estupefactas de mujeres, pero principalmente ante mujeres, se da vuelta y nos pide nuestra opinión. ¡Estás loco! Se me venía Capusotto dicendo “te van a colgar en la Bombonera con un cartel que diga ‘El Enzo le da por popa a Palermo”. Nos fuimos encima con los tapones pa’rriba (después de un par de cuadras y con algo de miedo, debo admitir).
Kamikase porque a defender varón contra mujer (si la mujer no es una loca, mala leche, desubicada o la ex de tu actual novio – anche todas las anteriores), las mujeres defenderán a una mujer.
Kamikase porque está claro que todos tenemos un concepto de fidelidad distinto y cada pareja tiene su arreglo de antemano frente a este concepto, pero remarcarle a tu pareja lo cornuda que es delante de otras personas, es de mal tipo por más concepto que tengas.
Kamikase porque encima el masoquista nos decía que todas sus mujeres “que no es por alardear, habrán sido 10”, se terminaban peleando con sus amigas de toda la vida defendiéndolo a él. Mi intervención fue un “disculpá que te diga esto, realmente no las conozco, pero me suena a que si tus 10 mujeres se pelearon con sus amigas de toda la vida por un tipo (y encima por vos), me suena a que saliste con 10 boludas”. A esto el contestó que no creía que “10 mujeres no podían estar equivocadas y ser boludas” a lo que respondí “mujeres hay millones, de esos millones, saliste con 10 boludas”.
Una amiga que fue la última en bajar – que hay registro de que llegó maravillosamente ilesa – le dijo, “vos hacé lo que quieras pero yo no tengo que escucharte y hasta te puedo denunciar porque hablabas y manejabas”. Situación tensa de un enero caluroso.
La infidelidad, el amor que no existe, la afirmación de que las mujeres preferimos a un drogadicto que nos maltrate y no a “él que la mantiene”, escuchar todo eso en este enero difícil lo complica aún más. Lo complica porque me hace pensar y cuando yo pienso se complica.
¿Tengo que rendirme a que no haya amor? ¿Qué es realmente ser fiel? Entiendo que el “Para toda la vida” no existe pero ¿tengo que pensar en que ese rato que uno elige estar con otro también es mentira? Soy una mina de grises pero a veces pienso que en algunas cosas la luz está prendida o apagada. Si quiero compartir este rato de mi vida con alguien (rato que pueden ser meses, horas, un café, 15 años, una birra) es porque quiero. Sino, no comparto nada y lo comparto con todos (ergo no comparto nada con esos todos). ¡Es tan simple la cosa! Querés o no. Complicarme con cuestiones teóricas como “te soy leal pero no fiel” me aburriría. “Estoy con vos porque quiero y estoy con otro porque también. ¿Te la bancás o no?” Y uno ve si se la banca o no y eso depende de cuan hasta-las-manos estés. ¡Es simple en todas las cuestiones! ¡Es simple! ¿Hay muchos boludos así? ¿Yo soy la boluda? ¿Creo yo en el amor? ¿O quiero creer que existe? Hoy creo que creo. Motivos que van, que vienen, ¡que vuelven! No vuelvas, en serio, por favor.
Enero es complicado. Te planteás objetivos para el año como leer X libros por mes, ahorrar X plata en año, hacer un viaje corto y otros. A la semana no sabés si los vas a poder cumplir: yo quería irme a dormir todas las noches con una sonrisa. La próxima vez me vuelvo en bondi.
E` un mondo difficile
e vita intensa
felicita` a momenti
e futuro incerto
il fuoco e l`acqua
con certa calma
serata di vento
e nostra piccola vita
e nostro grande cuore
"Yo quería que algo no pasara en 2010. Bastó con que me dijeran que no para quererlo con furia. ¿Qué tengo, Doctor?” - “Sufres de una histeria regular. Estás al borde de la infección general y no te saco el apéndice porque no te lo cubre la prepaga”. - “Doctor, sáqueme el apéndice” Quiero pensar que no soy la única histérica. Quiero pensar que es un mal pasajero.Quiero dejar de pensar.
miércoles, 11 de agosto de 2010
Algunas historias repetidas: Es un enero difícil, Tonino Carotone y la...
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