lunes, 24 de febrero de 2014

Bájenme del ludo matic (abr 2010)

Alguien muy importante para mí, me dijo hoy a la tarde, “Pensá bien de todo lo que hacés, qué es lo que realmente tenés ganas de hacer”. Mi respuesta, entre otras cosas, fue “querría estar en una isla vendiendo pulseritas”. A lo que me increpó diciendo “¿y por qué no te vas? Engripada, en la cama, con una Carilina en la mano me puse a pensar qué hago, qué no hago y que no tengo ganas. Cuando pienso se pudre el rancho (me imagino la cara de mi amiga Sabrina en este momento).

Últimamente a todo el mundo le digo que tengo ganas de escribir. Y entonces, engripada y con Carilina me pongo hacerlo. ¿Sobre qué? Sobre mis ganas vs. lo que hago. 

“Si realmente pudiera, me iría de viaje un año”. ¿Andate, quién lo impide? ¿Qué es lo nos frena de hacer lo que tenemos realmente ganas? ¿Es eso que pensamos que queremos lo que realmente queremos? 

Hace poco otra persona me dijo que estoy en la “crisis de los 30”. Como siempre ansiosa adelantada porque tengo sólo la suma de 28 primaveras. Quizás sea cierto, quizás no pero últimamente estoy en crisis.

Yo no sé si les está pasando a todos pero me siento de repente en un gran Ludo (anche Ludo Matic). ¿Recuerdan el Ludo? Es un juego de carreras con dados. Se juega con cuatro fichas. El objetivo es sacar las fichas de uno de la base cuando el dado muestra una “Coronita” e ingresarlas en “la meta”, siguiendo un casillero, lo más rápidamente posible antes que tu competidor. También se puede “capturar” las fichas de tu contrincante “cayendo en la posición en la que su ficha se encuentra”. 

De nuevo, y pueden decirme con sinceridad un “Laura, te patina el marote” pero últimamente me siento en un Ludo. Como no disfrutando el camino que voy recorriendo sino queriendo llegar a la meta. El tema es contra quien compito, por qué tengo que avanzar y qué hay cuando llegue ahí. ¿A quién hay que “caerle encima”? ¿Quién dice que hay que avanzar todo el tiempo? Es presión por desarrollar la carrera, ansiedad por tener cierta comodidad, deber de ser alguien. Auto-presión, auto-ansiedad, auto-deber. ¿Auto-presión, auto-ansiedad, auto-deber? ¿A dónde? En serio, ¿a qué meta? ¿No les pasa? Quizás “soy sola” en esto de la auto- exigencia y entonces deba tirarme un rato a hacer la plancha. ¿Puedo hacerla? ¿Sirvo para eso?

Eso de que no hay que frenar: terminar el secundario, estudiar a algo o trabajar, crecer en lo profesional, crear una familia. Crecer, crear, crecer, crear. “¡Quiero vivir, Marge, déjame vivir!” (Homero Simpson dixit). 

¿Qué quiero hacer de lo que estoy haciendo ahora? Esto. Escribir. Ojalá que pudiera estar sentada con un lápiz en la mano o un teclado en frente muchas horas por día. Despertarme a la mañana, sonreírle a quien amo, sentarme y escribir. Sentarme y leer. Tomar un jugo de naranja y escribir. Agarrar la guitarra y cantar, y luego escribir de nuevo. Que llegue la noche, y sonreírle a quien amo (y algo más). Y que me paguen por hacerlo. ¿Quién no quisiera todo esto, verdad? Y escribirrrrr: En Para Ti, sobre Política, sobre amor, sobre sexo, sobre cocina, sobre países lejanos, sobre haditas, sobre Ludos Matics.

No sé contra quien estoy jugando al Ludo más que contra mí misma. Nadie me apura pero yo lo hago. Tengo que aprender que no siempre da 6 el dado.

P.D.: Sigo pensando en qué de todo lo que hago qué es lo que además realmente tengo ganas de hacer. Pero bueno, por ahora, escribo.

P.D.2: Si alguien conoce a alguien que conoce a alguien que trabaja en Para Ti, me avisa ¿eh?

No hay comentarios:

Publicar un comentario